Al interesarse por la arquitectura y los espacios públicos de la era socialista, la fascinación de la fotógrafa eslovaca Maria Svarbova por el espacio de las piscinas públicas contribuyó a desarrollar su propio estilo visual.

La belleza estéril y geométrica de las piscinas antiguas marcó la pauta de estas fotografías. Cada uno de ellos representa una piscina diferente, generalmente construida en la era socialista, en varios lugares de Eslovaquia. Hay una calidad casi cinematográfica en los paisajes altamente controlados que captura María.

“Mis fotografías son una sucesión de escenas breves en las que la frontalidad y la ausencia de contrastes eliminan cualquier dimensión narrativa”.

Las figuras están a mitad de movimiento, pero no hay alegría en ellas. Congelados en la composición, los nadadores son tan suaves y fríos como las baldosas de las piscinas. Los colores vibran suavemente en una atmósfera de ensueño. A pesar del ambiente retro, las imágenes de alguna manera evocan también un sentimiento futurista, como si hubieran sido tomadas en un lugar completamente extraño.

No hay emoción perturbadora, no hay individualidad en su quietud.

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