"La vida está en color". –Franco Fontana
Pionero del color y uno de los fotógrafos de paisajes más influyentes de nuestro tiempo, Franco Fontana ha dedicado casi seis décadas a capturar su entorno con un ojo magistral para la composición y el tono.
A primera vista, las obras más emblemáticas de Fontana parecen pinturas, que recuerdan a los expresionistas abstractos que surgieron en Estados Unidos durante la década de 1950.
Su ojo único para el color y la forma reduce los paisajes naturales a sus elementos esenciales, dando como resultado composiciones geométricas llamativas que cautivan por su simplicidad.
Nacido en Módena, Italia, en 1933, Fontana comenzó a experimentar con la fotografía cuando tenía poco más de 30 años como un medio para "expresar las emociones que sentía mientras observaba el mundo que lo rodeaba".
Eran principios de los años 1960, más de una década y media antes fotocromía comenzaría a recibir aceptación como una forma de arte legítima. La afinidad de Fontana por la pintura sentó las bases de su práctica fotográfica. Inspirándose en luminarias como Mark Rothko y Barnett Newman, abrazó el color desde el principio.
“Siempre me he esforzado por interpretar y transmitir lo que resuena profundamente dentro de mí. Sin embargo, comencé a percibir posibles paralelos con pintores de renombre cuando mi interés por el arte, particularmente la pintura, se hizo más profundo. Era una comprensión visual del color y el espacio que ya existía en mi percepción”.
A finales de la década de 1960, la mirada única de Fontana había comenzado a llamar la atención. Realizó su primera exposición individual en 1968, en su ciudad natal de Módena, y durante la siguiente década creó algunas de sus obras más emblemáticas, incluidas sus impresionantes representaciones de los ondulantes paisajes de Basílicata, que demuestran el lenguaje visual único por el que se haría famoso.
En 1978 publicó su primer libro, 'Skyline', con gran éxito, y durante las décadas siguientes fotografió por todo el mundo, capturando imágenes de zonas rurales y urbanas. paisajes que se destacan como algunos de los más convincentes de la época. Paralelamente a estos trabajos, también comenzó a experimentar con polaroids, capturando detalles de su entorno y retratos de desnudos.
Aunque sin duda más Más íntimas y divertidas que sus otras obras, estas imágenes, sin embargo, llevan su estética distintiva. Fontana se sintió atraída por el formato por su dinamismo y describió las polaroids como "que encarnan el concepto de unicidad".
"Para mí, fue como jugar a un juego de niños en el que ves instantáneamente el resultado. También es maravilloso revisitar y modificar esos momentos.'
Ahora reconocido como un pionero clave de la fotografía artística en color, Fontana, a lo largo de los años, ha contribuido a muchas de las publicaciones más notables del mundo, como, Tiempo de vida, Voguey The New York Times.
Sus imágenes se han exhibido en la asombrosa cifra de 400 exposiciones individuales y colectivas en todo el mundo y se encuentran en las colecciones de algunas de las instituciones más prestigiosas del mundo, incluidas, MoMA (Nueva York), Museo de Arte Moderno (París), y Galería Cívica de Arte Moderno Contemporáneo (Turin).
Ha publicado unos 70 libros y recibido numerosos premios y reconocimientos, pero sigue siendo el mismo visionario enigmático de siempre.
Cuando se le preguntó sobre la evolución de su práctica, su respuesta fue críptica: “Para citar una frase del Príncipe de Salina en 'El Leopardo': 'todo cambia para seguir siendo lo que es'.”
Todas las imágenes © franco fontana